Juan. ¡Bah! Las
discusiones con don Gonzalo son pláticas de familia de las
que nunca hice caso, siempre contando cosas de miedo, de
terror, que si las brujas, un zombi que me perseguirá, los esqueletos… yo ya no
me creo nada Conque lo dicho, don Luis, van doña Ana y doña Inés en puesta.
Luis. Y el precio es la
vida.
Juan. Vos lo
decís: vamos.
Luis. Vamos.
Alguacil 1. Alto allá. Don Juan Tenorio, sed
preso.
Juan. ¿Por qué?
¿Acaso voy a ser preso de las brujerías que dice don Gonzalo?
Luis. Tenorio, mi paje os
ha delatado para que vos no ganéis. Don Juan, la
partida es mía, esas brujas están conmigo, y van hacer que
gane.
Alguacil 2. Don Luis
Mejía, sed preso.
Juan. ¡Ja, ja,
ja! Mejía, mi paje os ha delatado para que no me estorbéis con esas
fantasmadas.
Luis. Satisfecho quedaré
aunque ambos muramos comidos por brujas y seres reencarnados con los huesos
afuera.
Alguacil 1. Sed presos. Vayamos a la cárcel.
Juan. Vamos pues.
Señores, recuerden, la apuesta sigue en pie, quien pierda morirá entre terribles
sufrimientos.